El bikepacking es una forma de cicloturismo que se centra en la aventura, la ligereza y la autosuficiencia. Se diferencia del cicloturismo tradicional, que a menudo utiliza alforjas grandes y portaequipajes, al optar por un equipaje minimalista que se sujeta directamente al cuadro de la bicicleta mediante bolsas y correas específicas. Esta configuración permite afrontar terrenos más técnicos y disfrutar de una mayor libertad de movimiento, buscando una conexión más profunda con la naturaleza, abriendo la puerta a rutas y senderos que serían inaccesibles con una bicicleta de cicloturismo convencional.
¿Qué tipo de bicicleta me hace falta?
Recomendamos empezar con la bicicleta que tengas. Se puede adaptar a las necesidades de cada viaje y con el tiempo, la experiencia y el tipo de rutas que hagas te decantaras en la elección del tipo de bici ideal para ti.
La elección de la bicicleta para bikepacking depende en gran medida del tipo de terreno que planeas recorrer y de tus preferencias personales. No hay una bicicleta única que sirva para todo, pero sí algunas opciones comunes que se adaptan bien a esta modalidad. Te lo contamos aquí ¿Cómo elegir la bicicleta perfecta?
Las claves del bikepacking:
Lo que buscamos principalmente es llevar solo lo esencial, distribuyendo el peso de manera equilibrada por toda la bicicleta. Para esto se utilizan bolsas específicas que se adaptan a diferentes partes del cuadro:
Empezaremos por la más usada, la bolsa de sillín: es una bolsa que se fija a la tija del sillín y a los raíles del sillín. Las encontramos de diversos tamaños, normalmente entre los 10 y 15 L de capacidad. Es una opción que se adapta prácticamente a cualquier bicicleta y una manera de llevar gran capacidad de equipaje.
Desde nuestra experiencia tiene algunos inconvenientes. Por un lado, la forma tan irregular de la bolsa nos hace que la capacidad no sea tan aprovechable. Por otro lado, si nuestra carga es demasiado pesada o la hemos llenado de manera irregular, la bolsa dará bandazos en la bici moviéndose para todos lados. Esto último tiene solución, pues existen estabilizadores para evitarlo.
En mi caso y tras probar las bolsas clásicas de sillín, prefiero combinar un portabultos ligero junto con una bolsa estanca de 10 L. Ciertamente tiene una capacidad menor que una bolsa de sillín como hemos mencionado antes, pero la forma rectangular hace que aproveche mucho más el espacio.
Seguimos con la bolsa de cuadro: Como cada bici tiene una forma de cuadro completamente diferente a otra, estas bolsas las encontramos de todos los tamaños y formas. Sin embargo, creemos que muy necesarias, pues todo lo que llevemos con nosotros que sea un poco más pesado de lo normal lo intentaríamos llevar aquí. Nos garantiza un peso centrado para mayor estabilidad además de un acceso fácil a ciertos objetos como herramientas o kits antipinchazos. Lo último que queremos en una situación de rotura o ajuste es buscar las herramientas por el fondo de las bolsas.
Las encontramos pequeñas con forma triangular de entre 1 y 3 L para cuadros con un hueco pequeño y queriendo aprovechar los bidones.
También las encontramos alargadas, ocupando toda la parte de superior del cuadro, dejando utilizables los botelleros de este, es posible que se haya de cambiar los porta botelleros para facilitar su utilización de manera lateral.
Por último, encontraríamos las bolsas totales de cuadro, estas necesitan de medir muy bien las medidas del hueco para acertar con la bolsa, por esto mismo también se suelen hacer a medidas. Para este caso, como inutilizamos los botelleros, existen soluciones a este problema, pues podemos reubicarlos en el manillar con bolsas de manillar específicas para bidones.
Dentro de las bolsas de manillar tenemos que distinguir 2 principales tipos.
Bolsas de gran capacidad, estas bolsas suelen ir acompañadas con un arnés (Arnés + bolsa hacen el conjunto), las hay que va todo en una pieza como las bolsas Ortlieb. Para sacarle la mayor capacidad a estas, debemos de usarla en manillares anchos tipo montaña. La utilización es sencilla, es una gran bolsa estanca, anclada al manillar por la parte delantera, ¡Ojo, si tenemos un manillar de carretera o gravel, tendremos que cerrar la bolsa más de lo normal pues las manetas limitan el tamaño de la bolsa, mermando así una de sus principales características, el gran volumen de almacenamiento! Otro punto para tener muy en cuenta es que debemos de llevar mucho cuidado si nuestra bicicleta tiene suspensión delantera, pues en los baches podría tocar la bolsa y con el roce del neumático la terminaría dañando.
La bicicleta ideal para este tipo de bolsas son las viajeras con manillares anchos y sin suspensión delantera.
También encontramos bolsas especificas con sus propios elementos de anclaje, con acceso rápido y menor tamaño ideal para usuarios con manillares tipo carreta/ gravel o aquellos que no necesitan tanta capacidad de carga.
Para hablar de las bolsas estancas debemos también hablar de los Cages, estas son estructuras auxiliares que se anclan a la tornillería de los bidones, a tornillería especifica en el cuadro de la bicicleta o incluso con abrazaderas o adaptadores si la bicicleta no dispone de ellas.
En este apartado encontramos las bolsas estancas, dado que van alrededor de la bicicleta y son propensas a caídas, roces o simplemente apoyamos la bicicleta contra una pared, árbol, suelo…. están fabricadas con tejidos reforzados contra la abrasión y el desgarro. Otra de sus características principales es la posibilidad de tener asas por las que pasar cintas para su correcta sujeción y asegurarnos de que no la perderemos en un descenso. No seremos los primeros ni los últimos que perdemos una bolsa y no nos damos cuenta después de recorrer 50 km.
Para aquellos que utilizan las bolsas con más asiduidad y dan gran valor a la estética y la facilidad de poner y quitar las bolsas, destacamos que existen modelos con anclajes y soportes específicos los cuales, facilitan en un único movimiento de clic el anclaje de las bolsas a los soportes siendo estos menos voluminoso y más discretos si utilizamos la bicicleta sin bolsas.
El tamaño de estas bolsas es muy variado, esto es así por la versatilidad que tienen, normalmente para su colocación en horquilla o en laterales de la bicicleta suelen ir de 1.5 a 5 L de capacidad, reservando las más voluminosas, 13 o incluso 20 L para un portaequipajes o incluso las antes mencionadas bolsas de manillar con arnés.
Por último, hablaremos de otros tipos de bolsa que también consideramos útiles y por ello creemos que no debemos olvidar, pues nosotros mismos las solemos utilizar.
Tal y como hemos mencionado en el apartado de bolsas de cuadro, cuando queremos reubicar los bidones o bien necesitamos más capacidad de agua puntualmente, como es el caso de un viaje, optamos por unas bolsas especificas para bidones que se pueden enganchar en diferentes puntos de la bicicleta, siendo lo más común en el manillar.
Como complemento a bolsas más voluminosas, también disponemos de espacio en la parte superior del tuvo horizontal de la bici, algunas bicis llevan incorporados tornillería para el anclaje de bolsas, pero aun si no la tenemos, podemos instalar bolsas de entorno a 0.5 L ideales para geles o barritas, o poder llevar móvil o cartera si no nos gusta llevarla encima.
En resumen, el bikepacking es una invitación a vivir el ciclismo de una forma más aventurera y minimalista, explorando nuevos horizontes y disfrutando de la naturaleza con una mayor sensación de libertad, en este capítulo hemos querido exponer la gran cantidad de oferta que hay en el mercado, así como el uso para cada una de ella. Es un mundo muy extenso que solo uno mismo puede saber cual es su mejor elección, pero si sigues teniendo dudas…
Estaremos encantados de recibirte en nuestra tienda para ver el material en persona y sugerirte algún consejo más.